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Resumen: Nos proponemos extraer las características de una lógica de lo imprevisible que siempre puede irrumpir y desarreglar las composiciones del orden establecido, una lógica de la historicidad propia de los acontecimientos, algo que la explicación causal no puede construir ni explicar. Para evaluar su incidencia en conceptos e intervenciones del Trabajo Social. Acudimos al concepto de ―acontecimiento‖ que se gesta en la filosofía contemporánea desde la primera mitad del S. XX, desde diferentes teorías entre las cuales destacan las de M. Heidegger, H. Arendt, M. Foucault, G. Deleuze, J-L. Nancy, A. Badiou, etc. Y que en el presente da lugar a la elaboración de una teoría política llamada ―posfundacional‖, en relación a la cual se encuentran por ejemplo los trabajos de E. Laclau y O. Marchardt, entre otros. La perspectiva abierta por este concepto procura pensar la existencia en su acontecer, en cuanto no puede ser capturada a partir de estructuras establecidas con anterioridad e independientemente de su donación, es decir, que se propone abrir comprensivamente una dimensión del ser no deducible de premisas dadas, que pueda dar lugar a la expresión de lo inesperado, oponiéndose a la idea de que el saber debe operar siempre en el sentido de la predicción y la determinación del futuro. La contingencia imprevisible del acontecer pasa por nosotros, aun cuando no sabemos qué es, aun antes de que el discurso alcance alguna articulación a su respecto y, de una manera tal que no es la de una determinación, pero que resulta en una donación del sentido a los discursos cuando lo tienen. Una de sus características primordiales es que su inteligibilidad está ligada a una dimensión afectiva o anímica. Que en el acontecer así pensado, pueda, sin embargo, encontrarse una lógica, se desprende de que el pensar es inseparable de los signos (lingüísticos, imaginarios, gestuales, artísticos) sin los cuales carecería de asunto y cuestión, y son los signos los que se organizan lógicamente. Hay un exceso del acontecer respecto de sus signos, una diferencia irreductible entre el acontecer y las palabras que buscan dar cuenta de él o lo expresan. Y es en esta diferencia donde radica la importancia del desarrollo de una lógica abierta y diferente de la establecida, puesto que la tradicional funciona por la identificación unilateral de las variables con las que opera, y el acontecer desaparece cuando se lo identifica como algo concretamente sucedido. Como representante de la lógica tradicional ―Frege (…) señala que la ambigüedad es un defecto característico de los lenguajes naturales: [y que] en un lenguaje lógicamente perfecto, a cada término ha de corresponderle un único sentido –y un único referente.‖ (Orlando, 49). Y el problema reside en que un lenguaje así construido es incapaz de tomar en cuenta el acontecer. La ambigüedad es inescindible de los acontecimientos. Estos no constituyen una clase, que pudiera ser representada por un conjunto, ni el elemento de algún conjunto bien determinado, sino algo que da que pensar; es decir que contiene lo impensado y lo indeterminado. Paralelamente al surgimiento, crecimiento y problematización del concepto de acontecimiento, la determinación deductiva de lo real es seriamente objetada en el seno de la epistemología. A las teorías mencionadas hay que sumar los aportes que significaron la teoría de los juegos y el descubrimiento del carácter performativo del lenguaje, los cuales junto a los desarrollos de la lingüística han tenido enorme influencia en las humanidades y, particularmente en la antropología, la teoría social y la psicología. Nuestra investigación se basa en la hipótesis de la posibilidad de implementar una lógica diferencial entendida como mediación, cuyo registro hace surgir entidades que no existen antes de su operatividad, sin suponer unos principios ni premisas generales ni hipótesis universales para comenzar su aplicación.Se tratará de aclarar cuáles son las condiciones que posibilitan la implementación de esta lógica diferencial y cuáles formas simbólicas pueden atribuírsele. También anticipamos que todo significar y hacer referencia a los acontecimientos, pone en juego un momento paradójico, que responde a la finalidad de permitir el despliegue de la ambigüedad del acontecer sin dejarlo caer en el sinsentido. Esperamos encontrar esquemas de pautas lógicas a las que atenernos en la comprensión del acontecer histórico y existencial que faciliten la progresión del abordaje de problemas sociales.