Banco de Proyectos UNM

Resumen: Este trabajo formó parte del proyecto NRU: 682 en el marco de la convocatoria 2018 de proyectos institucionales en red a cargo del INET-FoNIETP, aprobándose mediante Disposición INET 281/2018. El proyecto de investigación se centró en las prácticas profesionalizantes en el último año de la educación secundaria técnica como parte de las tramas entre escuela y contexto socioproductivo de Moreno. Se llevó adelante entre dos instituciones conveniantes: la Escuela de Enseñanza Técnica N° 1 “General Manuel Nicolás Savio” y la Universidad Nacional de Moreno. El proyecto indagó sobre las ventajas y desventajas encontradas al momento de llevar adelante esta modalidad que adquiere la propuesta curricular para el último año de la educación secundaria técnica. Específicamente se trabajó sobre los formatos que adquieren dichas prácticas y los aprendizajes relevados. Se encuadró desde una lógica de indagación cualitativa a través de multimétodo (entrevistas, encuestas, observaciones, análisis documental). Su naturaleza metodológica fue descriptiva-exploratoria, sincrónica y focalizada en el nivel microsocial. La unidad de análisis la constituyó la escuela técnica conveniente. Se trató de un estudio de caso (Goetz y Le Compte, 1988; Achili, 1990). Desde las voces de los diversos actores involucrados se constató la potencialidad de dicho espacio y la importancia de su encuadre realizado por las autoridades de educación. Nos detendremos aquí en el hallazgo de una propuesta creativa de extensión a la comunidad dando respuesta a la coyuntura que atravesó al partido de Moreno en el mes de agosto del año 20181. La situación presentó un componente de compromiso, de implicación ética y de servicio solidario a la comunidad. La modalidad de extensión adoptada, que no había sido planificada previamente, apareció con un énfasis fuertemente significativo en los relatos del estudiantado: se trató de realizar tareas para las cuales no estaban acostumbrados a lo largo de su escolaridad técnica, cómo reconstruir desde lo deficitario y no desde lo nuevo. Esta propuesta se presentó como superadora de las jornadas de trabaja planificadas en la misma escuela. En esta dirección, el marco teórico del “aprendizaje servicio solidario” (Martín, 2016 y Tapia, 2015) emergió como una cantera de constructos a articular con lo vivido por estudiantes, docentes y directivos ante esta propuesta de trabajo que enriquece el encuadre curricular institucional de la propuesta. Otro de los hallazgos relevados fue el rescate de la figura del tutor. Perspectiva que nos llevó a indagar sobre el campo práctico desde una mirada sistémica (Zabalza, 2016). La desventaja encontrada en la trama entre escuela y sector socioproductivo fue la constatación de la débil sinergia entre ambas. Esto provocaba una inversión del tiempo de los directivos destinado a la búsqueda de empresas de la zona. A esto se sumó el contexto productivo actual, la discontinuidad en el pleno funcionamiento del COPRET, los relevos en los equipos educativos de gestión intermedia del gobierno de la educación, los temores o desconocimientos ante la incorporación en los espacios laborales de una franja de edad entre 18 y 21 años, como algunas de las causas relevadas que confluían a debilitar esta trama. Ante tal situación quedaban los directivos en una situación de desgaste permanente por conseguir “lugares”, experimentándolo como un nuevo “deber ser”. Por otra parte, los y las docentes del espacio curricular se encontraban a la espera de dicha resolución y los y las estudiantes ante la incertidumbre de “salir o no salir de la escuela”. Sin embargo, este panorama relevado impulsaba también la búsqueda creativa para proponer experiencias de prácticas profesionalizantes. En este sentido, la interpelación de Pedro Weinberg (2017, III)2 resultaba pertinente: “¿tiene el sistema educativo del nivel secundario el número suficiente de personal competente para llevar a cabo esta tarea?”. Desde esta última consideración surgió la necesidad de concretar una articulación más virtuosa entre la esfera educativa y la del mundo del trabajo. Ésta no puede quedar al arbitrio de los directivos de la institución, su proactividad o sus contactos particulares en el enclave territorial sino que debe constituirse en una política de estado provincial o municipal. Desde la voz de un estudiante, la situación fue vivida bajo los siguientes términos: “no me gustó que las empresas se bajaran y que los chicos que quedaron en la escuela no pudieran hacer en empresas para ver cómo se siente”. A modo de prospectiva, se desprendió la necesidad de indagar sobre la acción de la propuesta didáctica de este espacio curricular en el contexto del aula y su articulación con lo vivido en los diversos formatos que adquirieron las prácticas profesionalizantes desarrolladas.